Revista 21
LA MANCHA TAMBIEN TIENE MOLINOS DE AGUA
- III Época
- Diciembre 2008
- Por Aspas Manchegas
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Es la Mancha una estepa de sol eterno donde no hay medidas, donde la vista corre y corre en rectos caminos sin miedo de tropezar con estorbos ni obstáculos, hasta ese trazo que divide lo visible de lo invisible. En su vuelo siempre raso solo podrá retratar marrones, ocres y bermejas arcillas. Con algunas que otras manchas verdes. Gran dificultad tendrá para ver los regates verdeazulados que pintan ríos y arroyos. Es la Mancha que así le pusieron de nombre los árabes al verla.
Tierra sin agua, tierra seca, eso es Mancha en árabe. Pero la Mancha es tan fértil como seca pueda ser. Una tierra que jamás se sintió disminuida a pesa de ser seca. Porque la terquedad y la ilusión de sus gentes en hacerla grande, la ha llevado al cenit de las glorias donde celebrada es en todos los confines. Se puede pensar en la mancha sin agua pero nunca sin molinos, sin nobles caballeros, sin bajianchos hombres de despierto magín, sin rebaños y sin el amasado terrón. Todo ello es la mancha, donde tienen hato los sueños, lo mágico y lo noble, donde duermen ilusiones y encantamientos en el alba de lo místico.
Adentrémonos en esa mancha molinera de gigantes de blanco aparejo en mares de mieses, adentrémonos pues en todos los ingenios que en esta gorda llanura molturaron el más básico alimento de los tiempos. Nosotros los manchegos sólo hemos tenido ojos para los molinos de viento, sin reparar en los molinos de agua, que les precedieron y que tienen una historia rica en el tiempo y en la evolución social y económica del hombre. La cuna del de la enjuta figura, aunque parca en aguas, siempre tuvo la suficiente como para empujar rodeznos y ruedas hidráulicas que molturaran el grano de salvación de estos esteparios lugares.
Todos los pequeños y ricos cauces, así como afluentes y arroyos tenían sus piedras de molturación, mucho antes de que las aspas delineasen los espacios. El griego Estrabón es el primero que nos describe un molino hidráulico antes de que Jesucristo viese la luz, y nos dice que es una hazaña del ingenio humano, cuya aparición es simultánea en lugares tan dispersos como Anatolia, China, Dinamarca y algunos puntos más de la geografía conocida en aquellos tiempos. Conozcamos como son los molinos hidráulicos aunque sea elementalmente porque el describirlos en su autenticidad da para imprimir todo un libro. Son máquinas de gran belleza que funcionan como se sabe movidas por el agua, para que una rueda en posición horizontal al girar mueva una piedra volandera que efectuará la molienda, al friccionar sobre otra piedra solera.
Esquematizaremos en un razonado orden lo elementalmente expuesto antes. El molino de agua tuvo unas continuadas evoluciones al igual que el de viento, siendo así me centraré en un molino del siglo XVIII y con una alimentación precaria de agua. Así tendremos una aceña derivada de un río de poco caudal, que a su vez nos llenará una balsa o presa que verterá sus cubos de presión de unos 8 metros de alto por 1,50 de diámetro, y a su vez estos verterán el agua al cárcavo que es donde está el rodete. El rodete tiene en su centro una columna llamada árbol que enlaza con el palahierro que en su extremo superior soporta l lavija, que incrusta en la piedra volandera. La entrada del agua al cárcavo y al rodete se efectúa desde el cubo por un conducto de madera llamado saetín cuya forma geométrica es de cono (como en la foto). Una vez que el agua cumple su función de fuerza sale del cárcavo por un caz que conduce de nuevo al río.
La rueda cuyo nombre es rodezno, tiene unas paletas radiales que toman el nombre de alabes, que son las encargadas de recoger la fuerza del agua y trasmitirla al árbol que nos mueve la piedra volandera. Encima del cárcavo tenemos la cámara de molienda, habitación que aloja las muelas y todo el mecanismo de alivio y puesta en marcha del molino; también tenemos el harinal así como la grúa o cabria que mueve la piedra para su picado, y allí se encuentra encima del banquillo de la piedra la tolva de alimentación. En la foto podemos deducir un algo lo que tan indetallado exponemos en este escrito, pues este trabajo requiere una concienzuda elaboración para que pueda interpretarse por quien lo desconozca. Muchos y muy distintos han sido los molinos movidos por el agua, pasando desde los ríos hasta los lagos y mareas y muchas han sido sus funciones desde moler pólvora, ferrerías, batanes, pulverizadores de minerales, pinturas, sal, café azúcar, papel y mucho trabajos de materias industriales.
Muy rico es el patrimonio que nos ofrecen los molinos de agua, cuyos restos esperan que la sensibilidad de los hombres los rescate de la miseria en que quedaron. Saquémoslos de la luctuosa noche y démosles el sol de la esperanza y ellos nos darán su grandeza cultural, enseñándonos esa desconocida tecnología precursora durante muchos siglos de una economía social en la que se fundaron los pilares de la prosperidad que hoy disfrutamos.
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