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Revista 18

Finalistas infantiles del III Premio "Briareo" de Cuentos

  • III Época
  • Enero 2006
  • Por Aspas Manchegas
  • 140 lecturas

EL PUEBLO DEL DÍA

Había en las afueras de un pueblo una montaña muy alta y en su cima había un gran molino, estaba tan alto que cuando se ponía el Sol parecía que se iba a enganchar en sus aspas. Y eso pasó un día, cuando el Sol se estaba poniendo se quedó enganchado en sus aspas, pero nadie se enteró hasta la noche, cuando vieron que anochecía y que aun había Sol a las diez y media de la noche. La gente no sabía; por eso le pusieron al pueblo el nombre de «Pueblo del Día». Mucha gente iba a visitar el pueblo hasta que un día unos turistas subieron al molino y se lo encontraron al Sol enganchado en las aspas. A La gente le impresionó mucho y comprendieron por qué no se hacía de noche. Los turistas intentaron desenganchar al Sol, pero no pudieron, así que, tuvieron que cortar las aspas. En cuanto las cortaron, el Sol subió hasta su lugar y ya se hacía de noche y de día normal y el pueblo dejó de recibir turistas, pero vivió dentro de la normalidad.

Andrea Candela Mellado

LOS DOS ENEMIGOS
Un día en el pueblo de Mota del Cuervo, en la sierra, había un Sol que esperaba la llegada de un amigo, pero un día el alcalde de ese pueblo puso un molino alejado de los que ya había y el Sol le preguntó:
-Hola yo soy el Sol ¿y tú?
-¿ Y a ti que te importa?- dijo el Molino.
- Es que yo no tengo amigos-dijo el Sol.
- Y yo tampoco ¿y qué?
Desde ese momento el Sol se entristeció y el Molino todos los días discutía con el Sol.
El Molino quería también tener un amigo, pero del Sol no quería ser.
Así que el Sol para ganarse su amistad, llamó al viento y le dijo:
-Ven conmigo y mueve las aspas de uno de los Molinos que hay en Mota del Cuervo.
Los dos fueron y en el Molino empezaron a moverse las aspas, y el Molino se hizo amigo del Viento y del Sol, y ya fueron tres amigos.

Lourdes Sainero Alcolado

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