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Revista 14

Entrevista con D. Fernando Serrano-Suñer Polo

  • III Época
  • Septiembre 2003. Extraordinario
  • Por Aspas Manchegas
  • 132 lecturas

¿Qué mensaje debemos asumir para honrar al autor de la genial obra de Don Quijote, en estos tiempos modernos que sufren una de sus crisis más graves?
- En mi opinión, el mensaje no puede ser otro que la transmisión de los valores que el libro contiene y que han hecho que esta obra trascienda modas, épocas y fronteras: la generosidad y entrega a la causa de los desfavorecidos de Don Quijote y el sentido realista y pragmático de Sancho Panza. Sólo una exacta combinación de ambas actitudes podemos calibrar en su justa medida la paradoja de la existencia humana, desconfiar sanamente del poder establecido y arremeter contra las convenciones sociales que tiranizan el espíritu.
- ¿Qué consejos nos da para potenciar el molino de viento, como elemento promotor de la cultura cervantina dentro y fuera de Castilla la Mancha?
- Los molinos de viento son elementos arquitectónicos singulares y joyas paisajísticas de enorme valor e indudable interés. Este es el motivo por el que mi padre siempre ha conservado el suyo como testimonio vivo y con el fin de preservarlo en su integridad. Es importante que para cualquier promoción, campaña o estrategia turística de Castilla la Mancha, la imagen de los molinos esté presente, para lo que yo, en nombre de mi padre, ofrezco el molino «El Zurdo» como referencia fotográfica o de interés documental.
Sería también interesante la utilización de algún molino como parte integrante de un establecimiento de turismo rural, en las condiciones que pueda hacerse, dentro de esta nueva tendencia del turismo español en la que prima la calidad sobre la cantidad y los contenidos culturales.
- Ante el IV Centenario de la Primera Edición del Quijote ¿Qué lecciones, cree usted, que debemos aprender y qué retos y compromisos debemos asumir para transformar y mejorar la sociedad en que vivimos?
- La gran lección implícita del Quijote estriba en su tolerancia. En un mundo mestizo de culturas, credos religiosos y opciones políticas, Cervantes propone la concordia como el único camino posible. La sátira contra la intolerancia, la agresividad y prepotencia del mundo caballeresco de los antiguos hidalgos acaba en un retrato piadoso del bueno de don Quijote. Frente a su actitud beligerante, verdaderamente patética, Cervantes contrapone otros valores que hacen de él un idealista entregado a su causa, un defensor contumaz de los débiles y un ejemplo de fidelidad hacia la persona amada. Son las virtudes renacentistas, propugnadas por el humanismo liberador. Estos valores que predican amor por los semejantes, tolerancia hacia lo diferente, justicia social y solidaridad hacia los débiles o más necesitados, siguen siendo estrictamente contemporáneos y no han perdido un ápice de su vigencia.
- Dentro de conjunto de molinos de viento de Castilla La Mancha, que son tan admirados por el turismo mundial ¿Qué resonancia mantienen ustedes de la belleza de los molinos, qué valoración personal y familiar manifiestan y qué iniciativas debemos emprender para que sigan resplandeciendo como enseñas de nuestro patrimonio histórico y etnográfico?
- Para mi padre siempre ha sido motivo de satisfacción poder contribuir a la preservación de estos «gigantes moteños» como parte fundamental de la idiosincrasia castellanomanchega. Fue en plena posguerra, inmerso como estaba en la tarea de reconstrucción de España como ministro de Interior, cuando «se encontró» con el molino del Zurdo. Su intención fue rescatarlo de la molicie del tiempo y la destrucción humana y así se ha conseguido. Mis hermanos y yo lo recordamos con cariño, como uno de esos lugares familiares en los que el sentido estético de mi madre dejó su huella.
- ¿Qué otras sugerencias nos aporta para que los molinos de viento sigan siendo admirados y queridos por toda la sociedad española y universal?
- Los molinos de viento son rasgos esenciales de la identidad cervantina y por tanto tienen ya proyección universal. Forman parte de la peculiaridad española, de su riquísimo acervo cultural, pero quizás no son todo lo conocidos que sería deseable en el ámbito internacional. Podrían realizarse pequeñas reproducciones que estuvieran siempre presentes en ferias y campañas internacionales, recordatorios constantes de su existencia que habría que regalar a los visitantes que lleguen a la Mancha, a los alumnos de los Institutos Cervantes, a los participantes de las ferias internacionales.
No sé si existe ya, pero no estaría de más establecer unos lazos antropológicos, una especie de hermanamiento con las regiones holandesas que tienen molinos de viento y hacer intercambios culturales. Podría organizarse también un congreso de escritores sobre tema cervantino y con los molinos como referencia espacial. En fin, tampoco sería desdeñable organizar algún tipo de «representación» o performance como ya se hace en otros puntos de la geografía peninsular y en Europa, con la participación de Don Quijote, Sancho y demás elementos de esa epopeya universal que es la obra del genial Cervantes.

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