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Revista 14

El gran compromiso de AFAMMER por la mujer rural

  • III Época
  • Septiembre 2003. Extraordinario
  • Por Aspas Manchegas
  • 138 lecturas

Ya estoy de vuelta, en mi tierra, porque lo quiso el destino, al suelo que yo dejara y con el que noche y día sin querer, siempre soñara en aquella lejanía.

Cuatro décadas de vida que se fueron desgranando como cuentas de un rosario, pueden pareceros largas, interminables quizás, pero no lo suficiente para llegar a olvidar el enclave que dejara, y donde presto mi madre escogió sin titubeos para traerme a este mundo "en un lugar de la Mancha…"

Con decisivo ademán después de tanto penar, de puntillas por el viento y con la respiración rauda, cargué llena de coraje sobre mis pobres espaldas, el viejo y sucio costal que encontrara en un rincón del pajar de mis abuelos ( que para más pormenores, si no conocéis gran cosa de estos viejos menesteres, se encuentran en la planta alta) repleto de mil recuerdos que coseché día a día en la espaciosa besana y los que con egoísmo, muy cerca de mí guardaba.

Sin hacer el menor ruido, de una manera sencilla y sin que nadie advirtiese el gran peso de mi pena, abandoné yo mi pueblo andando por los caminos sin rumbo fijo, casi hasta el horizonte, buscando el claror del alba con el fin de disipar la espesa y candente llama que me abrasó el corazón llegando cerca del alma, dentro de mis avatares ....

En aquel confin extraño donde a nadie conociera muy próximo al infinito, me liberé de la carga que llevaba en mi espaldera, porque me rendía el cansancio y no podía caminar; suspiré, sufrí y lloré pensando en lo que dejara.

Buscando un lugar tranquilo, hice un alto en mi andadura, encontrándome al remate, con suerte, aquello que yo buscaba, una piedra grande, lisa y un "poquitín" alargada igual que las que tuvieran en el patio mis abuelos y donde cuando era chica, tantas veces me sentaba entre las malvas, periquitos, hierba buena y otras plantas; sobre ella me senté, y en aquella soledad con la mirada perdida, se borraron los matices de aquel insólito paisaje, vaciando tranquilamente en el suelo, sin miedo a que me robaran, el ajobo del costal de mi harapiento bagaje.

Sin rumbo por los caminos, la pena y el desconsuelo destruyeron mi esperanza surcando mi desventura, brotando raudos sollozos de angustia, quizás, para aliviar mi amargura.

Pasaron por mi memoria plazas, escudos y calles, la casa de los Villena, palacetes de maestres de la Orden de Santiago, patio de la Rinconada, Castillo Viejo, Hontanilla, la Virgen de Manjavacas, la Sierra de los molinos de Mota, las Cantarerías, el Santo, los pozos de la Vereda, el antiguo templo fálico y tantos grandes tesoros que tenemos en la Mancha, en sus pueblos y en sus barrios...,

Sueño profundo fue el viaje tallado con mil dolores, desasosiegos y llantos, dura escuela donde aprendí a perdonar a los amigos ingratos y a defender, como mujer que me considero, mi futuro, con uñas y dientes largos, construyendo vanidosa un gran castillo en el aire...,

¡Qué cosas tiene la vida, y a veces, qué cosas pasan!

Al final de mi camino, de aquel sueño desperté, desentumecí mi cuerpo abandonando la piedra, agarré el costal amigo, mi más noble compañero, abrí muy grandes los ojos y al instante me di cuenta, que mi billete de vuelta caducaba, y presto como una loca, salté cuantos obstáculos viera, corrí, volé, volé veloz por los aires como si una pluma fuera, para no perder más tiempo.

Y aquí nuevamente estoy, tierra mía, otra vez cerca de ti ¿ me reconoces? mírame bien, soy la misma con diferente aparejo y arrugada la fachada por el paso de los años, por los golpes de la vida y por los duros momentos. Y como me fui "fuyendo" sin despedirme de ti, por eso he vuelto, dispuesta a firmar contigo un convenio, un compromiso, un reto:

Como presidenta provincial por Cuenca de la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural, (AFAMMER) trabajaré por tu suelo, me movilizaré con el fin de hacer frente a problemas específicos que impidan potenciar la cultura y el turismo de tu mundo, apoyaré cualquier iniciativa a favor de la Asoc. "Amigos de los Molinos" que considero un buen yacimiento de empleo, y con quien estaré en estrecha colaboración para fomentar campañas de formación, información y proyectos, compartiendo los diferentes tipos de experiencias para que al final del camino, lleguemos a buen puerto.

OFELIA MARTÍNEZ MUÑOZ
"Dulcinea 2003"

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